Argentina ha dado un paso audaz en la convulsa arena política venezolana al reconocer a Edmundo González Urrutia como el presidente electo de Venezuela, en un acto que resuena con el reciente pronunciamiento de Estados Unidos. La canciller Diana Mondino, con un tono de certeza inquebrantable, se dirigió a la prensa para afirmar que el líder opositor ha emergido como el verdadero ganador de las recientes elecciones en el país caribeño.
“La evidencia es contundente”, sentenció Mondino, aludiendo a los resultados publicados en el portal resultadosconvzla.com. “No queda lugar a dudas: Edmundo González es el presidente electo de Venezuela”. Este pronunciamiento argentino se alinea con la postura del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, quien, en una declaración reciente, respaldó a González Urrutia como el legítimo vencedor de los comicios del 28 de julio.
En una nota, Blinken subrayó la claridad de la evidencia: “Para Estados Unidos y, más importante aún, para el pueblo venezolano, Edmundo González Urrutia ha sido confirmado como el candidato con mayor apoyo en las urnas”. Con este respaldo, Blinken ha instado a un diálogo entre los partidos venezolanos para una transición pacífica y legal del poder, prometiendo apoyo a los esfuerzos por restaurar las normas democráticas en el país.
La postura de Argentina no es un mero acto simbólico. Desde el domingo pasado, el gobierno argentino ha sido uno de los primeros en denunciar las irregularidades en las elecciones venezolanas, donde Nicolás Maduro se autoproclamó vencedor con un 51% de los votos, sin presentar las actas oficiales del escrutinio ni permitir el acceso a la página de resultados provisionales. En contraste, la oposición, desafiando la narrativa oficial, presentó actas que sugieren un amplio triunfo para su candidato.
A medida que la presión internacional se intensifica, con la comunidad global rechazando los resultados divulgados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), el reconocimiento de González Urrutia como presidente se convierte en un llamado urgente a la acción: una invitación a iniciar un proceso de transición que respete tanto la ley electoral venezolana como los deseos de su pueblo.