En la madrugada del viernes, la rutina en Salta se vio interrumpida por un apagón que dejó a varias zonas en la penumbra. El Distribuidor Boroquímica, una pieza crucial en el complejo engranaje eléctrico de Campo Quijano, cesó su funcionamiento a las 07:45, desencadenando un caos en los barrios Los Lotes, 9 de Julio, San Roque, Valle Encantado, Minera Santa Rita y Borax.
La Empresa Distribuidora de Electricidad de Salta (EDESA), en un comunicado de emergencia, desentrañó la causa del colapso: un árbol, empujado por los implacables vientos de la mañana, había tomado contacto con la Línea de Media Tensión. Este incidente no fue aislado. La revisión de la zona reveló que cinco pinos adicionales habían caído sobre la misma línea, creando un entramado de cables y madera que exacerbó el problema.
En el Barrio Luz y Fuerza, el viento implacable no se quedó atrás en su desafío. Ocho postes de la Línea de Baja Tensión sucumbieron ante su furia, dejando a la comunidad en un desamparo eléctrico aún mayor.
EDESA se lanzó a la tarea de restaurar el servicio desde las primeras luces del día, enfrentando una batalla contra la naturaleza que amenazaba con extender la oscuridad mucho más allá de lo previsto. Mientras tanto, los vecinos, sumidos en la incertidumbre, esperaban ansiosos el regreso de la luz que, por unas horas, se había vuelto un lujo efímero.
