En las últimas horas, la creación de un chatbot con inteligencia artificial que simula una conversación con Silvina Luna ha generado un intenso debate en las redes sociales. El responsable de este proyecto, un creador de contenido en TikTok, ha difundido detalles y resultados de su experimento, desatando una controversia significativa.
El desarrollador del chatbot ha defendido su trabajo, asegurando que se realizó con «profundo respeto». No obstante, la respuesta en línea ha sido polarizada. La grabación viral del chatbot muestra cómo el sistema replica la voz y personalidad de Silvina Luna al responder preguntas, lo que ha suscitado una variedad de reacciones entre los usuarios.
Algunos argumentan que estos avances tecnológicos pueden tener aplicaciones constructivas en campos como la educación o el entretenimiento. En contraste, otros critican el uso de la imagen y voz de personas reales sin su consentimiento, considerándolo una invasión a la privacidad que podría afectar a los familiares y amigos de la persona recreada.
Además de la controversia ética, el caso ha puesto en evidencia vacíos legales en torno al uso de tecnologías de inteligencia artificial para la reproducción de personalidades. Los expertos en derecho y tecnología destacan la necesidad urgente de una regulación que aborde estos desafíos emergentes.
El debate continúa en las redes sociales, donde se discute si la creación de estos sistemas debería estar sujeta a regulaciones más estrictas o incluso a una prohibición total. Mientras la controversia se desenvuelve, queda claro que el tema plantea interrogantes profundos sobre los límites de la tecnología y el respeto por la privacidad.
