El impacto de fuertes vientos y temperaturas extremas ha multiplicado la gravedad de los incendios, que siguen avanzando y amenazan con extenderse aún más.
Tres devastadores incendios forestales están arrasando viviendas y tierras en el condado de Los Ángeles, provocando la evacuación masiva de 30.000 personas. El más grande de ellos, en Pacific Palisades, ha consumido más de 1170 hectáreas y continúa expandiéndose, alimentado por los fuertes vientos y las condiciones extremas del clima.

El humo ha cubierto la icónica Santa Mónica, mientras que los residentes se ven obligados a abandonar sus hogares, muchos incluso dejando sus vehículos en medio del tráfico congestionado entre Malibú y Santa Mónica. Los bomberos enfrentan grandes dificultades para controlar las llamas, que se propagan rápidamente a razón de cinco campos de fútbol por minuto.


En la misma zona, otros dos incendios en el norte de San Fernando y en Altadena siguen creciendo, con más de 200.000 viviendas sin electricidad. La situación sigue siendo crítica, y el pronóstico de más vientos y temperaturas extremas augura un empeoramiento en las próximas horas.
