En su intento de expandir su poder, el espacio de Milei enfrenta caos organizativo y revelaciones de divisiones internas.
El teatro libertario en Salta
La Libertad Avanza trató de posicionarse en Salta con un acto que más parecía un espectáculo de autoexaltación que una verdadera propuesta política. Karina Milei y Martín Menem encabezaron el lanzamiento del espacio, con el lema «Los leones del norte», mientras se apresuraban a prometer una renovación del Congreso para 2025. «Necesitamos más legisladores comprometidos para devolverles más libertades a los argentinos», afirmó Karina. Sin embargo, la realidad parece ser otra: ¿realmente buscan más libertades o solo ampliar su poder?
Divisiones internas y falsas promesas
Lo que debería haber sido un evento unificado se vio empañado por las tensiones internas que han comenzado a aflorar. La militante Alba Quintar denunció que se le prohibió asistir, a pesar de su apoyo incondicional al presidente Javier Milei. Su queja, ampliamente difundida en redes, evidenció el autoritarismo y la falta de apertura en un espacio que predica la «libertad». Mientras la figura de Milei sigue siendo celebrada como la salvadora de la Argentina, los ecos de una estructura frágil y en conflicto interno no dejan de sonar.
Una conferencia de prensa fallida
La conferencia de prensa previa al acto resultó otro fracaso para La Libertad Avanza. Emilia Orozco, Carlos Zapata, Martín Menem y Alfredo Olmedo estuvieron presentes, pero lo que debería haber sido una oportunidad para aclarar las dudas de los periodistas se convirtió en un caos organizado. Los periodistas fueron desinformados, y en muchos casos, se les negó el derecho a realizar preguntas incómodas. En lugar de propuestas claras y soluciones concretas, se ofrecieron más de lo mismo: frases vacías sobre “eliminar regulaciones” y “devolverle la libertad a los argentinos”, sin explicar cómo estas medidas impactarán realmente en la vida diaria de los ciudadanos.

Libertad para unos pocos
El mensaje de Karina Milei, aunque contundente, no logra esconder la contradicción de un espacio que se presenta como «libertario» pero cuya práctica parece ser más autoritaria que inclusiva. Si realmente buscara la libertad para todos, ¿por qué las luchas internas se dejan de lado? ¿Por qué se permite que ciertos militantes sean excluidos del proceso? La Libertad Avanza podría estar más interesada en una batalla de poder interno que en ofrecer un verdadero cambio para los argentinos. La pregunta es: ¿quiénes se beneficiarán realmente de este «nuevo» camino hacia la libertad?
