La tensión en el aire es palpable mientras Javier Mascherano se encierra en el vestuario del equipo argentino, esbozando la última versión de su plan maestro. Este viernes, la Selección Argentina Sub 23 se enfrentará a los anfitriones franceses en un duelo que no solo decide el destino en los Juegos Olímpicos de París, sino que también carga con el peso de viejas rencillas y un mar de expectativas.
El reloj marca las 16:00 y el escenario está listo para el enfrentamiento que se prometió incendiario. La rivalidad entre ambos equipos ha fermentado desde el inolvidable Mundial de Qatar y, más recientemente, el escándalo que estalló tras un comentario racista de Enzo Fernández en Instagram, apuntando a las raíces africanas de varios jugadores del equipo galo. La tensión, entonces, es más que palpable y promete un partido cargado de emociones.
Mascherano, quien ha mantenido la calma con la determinación de un veterano, parece inclinado a confiar en la fórmula que le llevó a la victoria en el último partido contra Ucrania. La victoria por 2-0 en ese encuentro permitió al equipo avanzar, y la continuidad en la alineación parece ser la clave. Sin embargo, hay algunas piezas que podrían cambiar en el tablero de ajedrez táctico del técnico argentino.
La probable formación para el enfrentamiento de esta tarde se perfila con Gerónimo Rulli bajo los tres palos; una defensa que puede incluir a Gonzalo Luján o Joaquín García en el lateral derecho, junto a Marco Di Césare, Nicolás Otamendi y Julio Soler; un medio campo liderado por Giuliano Simeone, Ezequiel Fernández y Cristian Medina; y una delantera que podría estar conformada por Thiago Almada, Julián Álvarez y una combinación de Gondou, Beltrán o Hezze.
Con cada minuto que pasa, la atmósfera se densifica y el desafío se acerca. El duelo contra Francia no es solo una batalla por un lugar en las semifinales, sino un enfrentamiento cargado de historia, rivalidad y un ansiado sueño olímpico.
