En medio de la conmoción por el intento de atentado contra el expresidente Donald Trump, el registro de votantes de Estados Unidos sorprendió al confirmar que el joven atacante, Thomas Matthew Crooks, estaba afiliado al partido republicano. El FBI, tras investigar el caso, descartó conexiones con organizaciones terroristas internacionales y apunta a tratarlo como un acto de «terrorismo doméstico».
Tanto Trump como el presidente Joe Biden llamaron a la unidad nacional tras el ataque que sacudió la campaña electoral rumbo a las presidenciales de noviembre. La Convención Nacional Republicana, donde se oficializará la candidatura de Trump, continuará según lo planeado, aunque con estrictas medidas de seguridad adicionales.
El incidente desató teorías conspirativas y acusaciones, destacando las declaraciones de figuras republicanas como J.D. Vance y Steve Scalise, quienes apuntaron a la retórica política como causante del ataque. Mientras tanto, desde el lado internacional, líderes como Javier Milei y Santiago Abascal aprovecharon el suceso para criticar a la izquierda globalista, añadiendo un matiz de conspiración al debate.
La seguridad en el evento y las fallas de protección han sido objeto de debate, especialmente después de que Trump fuera rápidamente evacuado del escenario durante el incidente. El Servicio Secreto defendió su actuación, refutando las acusaciones de falta de protección previa al evento.
En respuesta, Biden desde la Casa Blanca instó a resolver las diferencias en las urnas y rechazó la violencia como método de expresión política. Además, ordenó una revisión de seguridad para la convención republicana en Wisconsin.
Mientras tanto, Trump llegó a Milwaukee para la convención republicana, reafirmando su determinación de continuar con el evento programado a pesar del incidente. Las calles de la ciudad ya están blindadas y bajo intensa vigilancia, preparándose para el anuncio del candidato a la vicepresidencia junto a Trump.
