En una jornada marcada por la tensión, Leonardo Kiczka, padre del diputado Germán Kiczka, se vio envuelto en un enfrentamiento con manifestantes en Apóstoles, Misiones. La protesta, inicialmente pacífica, se centró en las graves acusaciones que pesan sobre sus hijos, quienes están implicados en un caso de tenencia y difusión de material de abuso sexual infantil.
Mientras la manifestación avanzaba, Kiczka se acercó a los presentes con la intención de proteger su pizzería, situada en las cercanías de la plaza donde se congregaban los manifestantes. «Que no ataquen mi negocio, que no tiene nada que ver», clamó Kiczka, visiblemente afectado por la situación. Su intervención provocó una ola de reacciones entre los asistentes, quienes comenzaron a lanzar insultos hacia él.
Kiczka argumentó que su establecimiento no tenía relación con las acusaciones y exigió ver los carteles de protesta para asegurarse de que no se dirigieran contra su negocio. «Acepto que se movilicen por los menores, pero están equivocados si vinculan esto con mi local», sostuvo.
A pesar del conflicto verbal, Kiczka optó por no profundizar en los detalles del caso de sus hijos y evitó una confrontación mayor con los manifestantes. Su enfoque se mantuvo en defender su pizzería y en desmentir las acusaciones que consideraba erróneas.
Más tarde, al salir brevemente de la Unidad Penal de Cerro Azul, donde visita a sus hijos, Kiczka desestimó la protesta, sugiriendo que los manifestantes podrían estar «pagados» y restando importancia al impacto de las manifestaciones. Al enfrentar a un cronista de LN+, Kiczka continuó defendiendo su posición y criticando las protestas, sin abordar directamente las pruebas que involucran a sus hijos en el caso.
La situación refleja la creciente polarización y el alto voltaje emocional que rodea el caso Kiczka, mientras la comunidad local sigue de cerca el desarrollo de esta controvertida trama.
