En medio de un escenario marcado por lluvias torrenciales inusuales, Emiratos Árabes Unidos enfrenta una creciente propagación del Dengue, una enfermedad tropical transmitida por mosquitos que ha llevado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a declarar una emergencia global. Este país, conocido por su clima desértico, se ha convertido en un nuevo foco de riesgo para el dengue, afectando especialmente a su numerosa comunidad de trabajadores migrantes.
El aumento de casos se ha visto exacerbado por cambios climáticos que han alterado el hábitat, proporcionando condiciones ideales para la reproducción de mosquitos transmisores. Las lluvias intensas de abril inundaron áreas críticas de infraestructura, incluidas autopistas y el aeropuerto internacional de Dubái, creando extensas zonas de agua estancada propicias para la proliferación del mosquito Aedes aegypti.

A pesar de las advertencias previas sobre el riesgo potencial del dengue en Emiratos Árabes Unidos, el Departamento de Salud confirmó casos de transmisión local, incluso entre personas sin historial de viaje al interior del país. Este fenómeno subraya la adaptabilidad de los mosquitos a nuevos entornos, facilitada por el cambio climático.
La falta de datos precisos y la limitada transparencia en la divulgación de información oficial han dificultado la evaluación precisa del alcance de la epidemia en el país. La opacidad en la comunicación de cifras exactas refleja las restricciones a la libertad de expresión y el control estatal sobre los medios de comunicación locales.
La OMS ha identificado múltiples factores que han contribuido al incremento global de casos de dengue, incluyendo el fenómeno climático de El Niño exacerbado en 2023 y las consecuencias del cambio climático, que han expandido el hábitat de los mosquitos transmisores a áreas antes consideradas inhóspitas para esta enfermedad.
Además, la pandemia de COVID-19 ha debilitado los sistemas de salud y aumentado la vulnerabilidad de las poblaciones afectadas, exacerbando la crisis del dengue en una región ya afectada por crisis humanitarias y desplazamientos masivos de personas.
En respuesta a esta emergencia, la OMS insta a medidas urgentes de control y prevención del dengue, subrayando la importancia de la vigilancia epidemiológica, la gestión integrada de vectores y la educación pública sobre prácticas de prevención.
Segunda vacuna contra el dengue y desafíos en la respuesta
El 10 de mayo de este año, la OMS informó sobre la precalificación de una nueva vacuna contra el dengue, la TAK-003, desarrollada por «Takeda». Esta vacuna contiene versiones debilitadas de los cuatro serotipos del virus del dengue y está recomendada para niños de 6 a 16 años en entornos con alta carga y transmisión intensa de la enfermedad. La vacunación requiere dos dosis administradas con un intervalo de tres meses.


La precalificación de la TAK-003 representa un avance significativo en la disponibilidad mundial de vacunas contra el dengue, permitiendo su adquisición por parte de organismos como el UNICEF y la OPS para su distribución en áreas afectadas.
Sin embargo, los desafíos persisten debido a la falta de datos precisos sobre el número exacto de casos en Emiratos Árabes Unidos, exacerbada por la debilidad del sistema de salud post-pandemia y las restricciones de acceso a la atención médica para toda la población afectada.