Más de 500 personas trabajan incansablemente para asistir a las familias reubicadas y a las comunidades aisladas debido a la creciente amenaza del río.
La crecida del río Pilcomayo ha puesto en alerta al norte provincial, donde el Gobierno de Salta, a través de un operativo de 24 horas, coordina acciones para asistir a las familias evacuadas y a las comunidades que siguen resistiendo el desplazamiento. Con tres campamentos habilitados, las autoridades se enfocan en brindar atención médica, alimentos y agua potable, mientras mantienen un monitoreo constante del territorio.

El ministro de Desarrollo Social, Mario Mimessi, destacó que más de 500 personas, tanto de organismos provinciales como de fuerzas nacionales, están involucradas en las tareas de asistencia. El trabajo se lleva a cabo en coordinación con el municipio de Santa Victoria Este, en un esfuerzo conjunto que incluye el traslado de mercadería y recursos mediante gomones hacia áreas inaccesibles por tierra.
Además de los campamentos de La Curvita y el albergue San Ignacio Loyola, el centro de salud en la escuela de La Curvita se ha convertido en un punto clave para atender a las personas que requieren atención médica urgente. Mimessi enfatizó que la situación es dinámica, especialmente por las lluvias en la región boliviana, que podrían intensificar la crisis.


El desafío no solo es contra el tiempo, sino también contra un clima impredecible. Las autoridades apelan a la colaboración de aquellos que aún se niegan a abandonar sus comunidades, a pesar de los riesgos de nuevas lluvias y un posible empeoramiento de la situación.