El Frente Sindical de Universidades Nacionales ha decidido implementar una huelga de 72 horas, programada para los días 12, 13 y 14 de agosto. La medida incluye paros y actividades de visibilización en todas las instituciones de educación superior del país, lo que provocará la suspensión del inicio del segundo cuatrimestre.
La decisión surge tras una creciente frustración entre los docentes y personal no docente de las universidades nacionales. Según el secretario general de la Federación de Docentes de las Universidades (FEDUN), Daniel Ricci, los últimos siete meses bajo la presidencia de Javier Milei han visto una pérdida salarial superior al 50% debido a la inflación. Ricci señaló que, a pesar de las promesas de diálogo y las demostraciones de apoyo público, la falta de respuesta concreta por parte de la ministra de Educación, Sandra Pettovello, ha llevado a los sindicatos a retomar las medidas de protesta.
Jorge Anró, secretario adjunto de la Federación Argentina del Trabajador de las Universidades Nacionales (FATUN), también adelantó que se está considerando la organización de una nueva Marcha Federal, similar a la de abril pasado, si no se logra un acuerdo en el próximo encuentro del plenario del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) en La Pampa, programado para el 30 de agosto.
La protesta comenzará con un paro de 24 horas y la suspensión de clases el 12 de agosto, seguido de dos días adicionales de cese de actividades. Se prevén también 48 horas adicionales de paro y visibilización para los días 20 y 21 del mismo mes.
En respuesta a las acusaciones, Emiliano Yacobitti, vicerrector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), refutó las declaraciones del Ministerio de Capital Humano. Según Yacobitti, el Ministerio ha publicado datos incorrectos que mezclan acuerdos salariales anteriores con la actual paritaria, además de ignorar el impacto de la inflación. El Ministerio había argumentado que los aumentos salariales para el personal universitario superaron la pauta nacional, pero Yacobitti sostuvo que estos aumentos no compensan el impacto de la inflación, dejando a los salarios por debajo de la línea de pobreza.
La tensión entre el gobierno y los trabajadores universitarios continúa, y las futuras acciones dependerán de la respuesta del gobierno y de los resultados del próximo plenario del CIN.