En la madrugada del martes, los bomberos de Córdoba trabajaron incansablemente en la zona de Villa Durazno, arrasada por un incendio que devoró más de 12.600 hectáreas y extendió sus llamas a través de un perímetro de 86 kilómetros. En la villa, en el Valle de Calamuchita, el fuego llegó hasta el bosque nativo de Villa Yacanto, amenazando todo a su paso.
La Secretaría de Gestión de Riesgo Climático en Córdoba, confirmó que los equipos de emergencia, compuestos por alrededor de 200 bomberos, lograron contener los principales focos de incendio. El alivio llegó con una disminución en la temperatura, la humedad y el viento en la región. “No hay incendios activos, pero los cuarteles permanecen en alerta máxima”, señalaron las autoridades.
El control del incendio involucró al Equipo Técnico de Acción de Catástrofes (ETAC), el Plan Provincial de Manejo del Fuego y Protección Civil, junto con asistencia aérea de aviones hidrantes provinciales y helicópteros del Plan Federal. El despliegue fue masivo y coordinado, en una batalla sin tregua contra el avance del fuego.
Paula Bruera, fiscal de Río Tercero, informó que unas 20 viviendas resultaron afectadas. Aunque algunas fueron destruidas por completo, otras sufrieron daños parciales. El trabajo constante durante la madrugada logró salvar cientos de hogares del infierno de las llamas.

Mientras tanto, la situación para los evacuados sigue siendo precaria. Muchas personas temen regresar a sus hogares debido a la presencia de humo, que puede causar problemas respiratorios y ardor en los ojos. Algunos han decidido esperar hasta que la situación sea completamente segura.
En medio del caos, la Justicia de Córdoba ha detenido a un jubilado de 71 años, presunto responsable del incendio, imputado por “incendio culposo agravado”. La investigación, dirigida por la fiscal Paula del Luján Bruera, examinará si el fuego comenzó por una chispa o ceniza de la estufa del anciano. De ser hallado culpable, podría enfrentar hasta cinco años de prisión. La fiscalía está recolectando evidencia, incluyendo peritajes de su celular, para determinar la naturaleza del incendio.
En Salta, otro foco de incendio surgió en los cerros de Vaqueros, extendiéndose a la ruta provincial 11 y la ruta nacional 9. Aunque el fuerte viento complicó el trabajo de los bomberos, el comisario Darío Guzmán informó que el fuego está controlado y solo causó daños en el suelo, sin heridos reportados.
En Mendoza, un incendio en Guaymallén, exacerbado por el viento Zonda, comenzó en un terreno baldío y se extendió a un galpón de empaque cercano. El fuego fue sofocado en dos horas, aunque ocho personas resultaron intoxicadas por el humo y tuvieron que ser trasladadas al microhospital de Puente de Hierro. Los bomberos de varias localidades cercanas intervinieron para contener el siniestro y minimizar los daños.
Así, entre el trabajo incansable de los bomberos y las investigaciones en curso, Córdoba, Salta y Mendoza enfrentan las secuelas de incendios devastadores que ponen a prueba la resistencia de las comunidades y la eficacia de las respuestas de emergencia.
