Tras un lunes turbulento para los mercados globales, el Gobierno argentino aseguró que el país enfrentó la crisis con mayor resiliencia que otras naciones. Desde la Casa Rosada, se atribuyó esta resistencia a la estabilidad económica interna y a la prudencia en la gestión, evitando decisiones precipitadas como la eliminación del control de cambios.
El lunes, una fuerte caída afectó a los mercados internacionales. No obstante, fuentes oficiales indicaron que «Argentina resistió mejor que otras economías, gracias a nuestro superávit». Aunque se reconoce la necesidad de un seguimiento constante, se considera que «se ha pasado una prueba importante».
En el ámbito local, el impacto resultó menor al anticipado. El dólar y las acciones mostraron estabilidad, mientras que los bonos se recuperaron tras una caída inicial, a diferencia de situaciones anteriores en las que Argentina había enfrentado caídas más pronunciadas.
El Ministerio de Economía está evaluando varios factores globales recientes:
- Un incremento inesperado en la tasa de interés en Japón.
- Un aumento del desempleo en Estados Unidos, que ha generado preocupaciones sobre una posible recesión.
- La intensificación de las tensiones geopolíticas en Medio Oriente.
La Reserva Federal de Estados Unidos no se reunirá hasta dentro de un mes y medio, y se anticipa una reducción de las tasas de interés en respuesta al deterioro del mercado laboral.
En los mercados internacionales, se produjo una corrección técnica debido a un alto nivel de endeudamiento en yenes y al entusiasmo por la inteligencia artificial.
El índice Topix de la Bolsa de Tokio experimentó una caída superior al 12%, su peor desempeño desde 1987. Los mercados en Estados Unidos, Gran Bretaña y Europa también vieron descensos de entre el 2% y el 3%. En Argentina, el índice S&P Merval descendió un 0,9%, mientras que los bonos soberanos perdieron entre un 2% y un 4%. El riesgo país aumentó un 1,7%, alcanzando los 1.639 puntos.
La bolsa norteamericana ha sido afectada por temores de recesión, con indicadores laborales negativos y una tasa de desempleo en julio del 4,3%, frente al 4,1% de junio.
Además, las fluctuaciones en los mercados reflejan cambios en las políticas monetarias globales. El yen se depreció debido a que la Reserva Federal de Estados Unidos elevó sus tasas de interés, mientras que el Banco de Japón las mantuvo bajas, lo que fomentó el «carry trade» (estrategia de inversión en la que los inversores toman préstamos en una moneda con tasas de interés bajas para invertir en otra moneda con tasas de interés más altas, buscando obtener ganancias de la diferencia entre ambos tipos de interés), donde los inversores se endeudan en yenes para invertir en dólares o euros. Sin embargo, el 31 de julio, el Banco de Japón aumentó su tasa de referencia, alterando la dinámica.
Aunque el cambio en la tasa de interés japonesa fue moderado, provocó un ajuste rápido en las posiciones especulativas.
