El operativo de búsqueda, que comenzó con la declaración de un testigo, se extendió a varias zonas rurales de Tartagal, con el apoyo de drones y personal de Defensa Civil. El principal sospechoso, pareja de la desaparecida, permanece detenido.
La desaparición de Rosmary Aramayo Torres ha generado un operativo de búsqueda intensivo en Tartagal, con la ampliación del recorrido hacia zonas de difícil acceso cercanas al Rancho El Ñato. El fiscal Rafael Medina coordinó el despliegue que incluyó a efectivos de la Unidad de Investigación GAP, la Unidad Especial de Investigaciones (UEI) y personal de Defensa Civil.
El operativo se centró en el área conocida como la Curva de Juan, donde un testigo aseguró haber visto la camioneta del acusado el 17 de enero. Los equipos avanzaron por caminos rurales y con el uso de un dron realizaron un barrido aéreo en la zona, sin encontrar nuevos indicios. También se inspeccionaron varios puestos rurales y se amplió la búsqueda hasta la finca Don Marzo.
A pesar de los esfuerzos, el paradero de Rosmary Aramayo Torres sigue siendo un misterio, mientras las autoridades continúan con la investigación.