El Servicio Meteorológico Nacional ha emitido una alerta por humo que afecta hoy, 9 de septiembre, a gran parte de Argentina. Este fenómeno es resultado de los intensos incendios forestales que están arrasando Brasil, Bolivia y Paraguay, y que están desplazando una densa capa de humo hacia el sur.
Las regiones afectadas incluyen no solo a Salta, sino también el norte de la provincia de Buenos Aires, así como partes de Jujuy, Tucumán, Catamarca, La Rioja, Córdoba, y la totalidad de Formosa, Chaco, Santiago del Estero, Santa Fe, Misiones, Corrientes y Entre Ríos.

El pico del fenómeno se espera entre la tarde y la noche de hoy, según el SMN. Las recomendaciones para enfrentar esta situación incluyen evitar actividades al aire libre, proteger las vías respiratorias y oculares, y tener precaución al circular por rutas con baja visibilidad debido al humo.
Situación Crítica en Bolivia
La situación es especialmente grave en Bolivia, donde el Gobierno ha declarado una emergencia nacional debido a los incendios que han destruido casi cuatro millones de hectáreas de pastizales y bosques. Los incendios han afectado gravemente la calidad del aire en las ciudades bolivianas, lo que llevó al Ministerio de Salud a emitir una alerta sanitaria. Bolivia ha solicitado ayuda internacional para enfrentar la crisis, y hasta ahora solo Venezuela, Francia y Brasil han ofrecido apoyo para mitigar los efectos ambientales y sanitarios de los incendios.
Devastación en Brasil
En Brasil, los incendios han arrasado recientemente el estado de Sao Paulo, con alrededor de 2.700 focos activos. La capital del estado y otras ciudades de la región están envueltas en un denso humo, y más de 40 comunidades se encuentran en alerta máxima. Las llamas han consumido más de 59.000 hectáreas, una superficie comparable a la de la ciudad de Chicago. Grandes extensiones de caña de azúcar, uno de los principales productos de exportación de Brasil, han quedado destruidas.
El Sistema de Alerta Temprana del SMN proporciona información gráfica y anticipada sobre estos fenómenos, permitiendo a la población prepararse y tomar las medidas necesarias para minimizar los riesgos asociados. Los avisos se emiten con antelación de 24 a 72 horas para advertir sobre potenciales amenazas meteorológicas, mientras que los Avisos a muy Corto Plazo (ACP) alertan sobre fenómenos que pueden ocurrir en cuestión de minutos hasta tres horas.
