Un grupo de científicos ha detectado tres mutaciones en el mosquito Aedes aegypti, conocido por ser el vector del dengue, zika y chicungunya. Estas mutaciones han otorgado al mosquito una resistencia notable a los insecticidas, y se han encontrado ampliamente en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
Impacto de las fumigaciones
La bióloga Sheila Ons, a cargo del Laboratorio de Neurobiología de Insectos, explicó que estas mutaciones son el resultado de las fumigaciones, que generan una mayor presión de selección sobre las poblaciones de mosquitos, favoreciendo así a aquellos que presentan resistencia. Este fenómeno ha llevado a un aumento en la cantidad de casos de dengue y preocupa a los expertos, quienes advierten sobre la posibilidad de una epidemia en la próxima temporada de calor.
Metodología del estudio
La investigación se centró en dos líneas: la fisiología del sistema endocrino de los insectos y la detoxificación. Se utilizó una combinación de bioinformática, biología molecular y estudios fisiológicos para identificar los factores que contribuyen a la resistencia. Colaboraron con instituciones como el Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPAVE) y el Centro Nacional de Diagnóstico e Investigación en Endemo (CENDIE-ANLIS MALBRAN).
Análisis en Salta y Jujuy
Además de la provincia de Buenos Aires, los investigadores también estudiaron mosquitos recolectados en Salta y Jujuy. En un trabajo anterior, encontraron que gran parte de los insectos de estas provincias presentaban al menos dos mutaciones, mientras que en Buenos Aires, un porcentaje alto mostraba una. Sin embargo, en otras regiones no se identificaron mutaciones. Desde 2018, la situación del dengue ha empeorado significativamente en estas áreas, lo que ha llevado a un mayor enfoque en la recolección y análisis de mosquitos en el AMBA y en localidades del norte argentino.
Efectos de los piretroides
Los insecticidas permitidos en el país son principalmente piretroides, que actúan sobre un canal de sodio en el sistema nervioso de los insectos. Sin embargo, las mutaciones identificadas han dificultado esta interacción, lo que exige dosis cada vez más altas para lograr un efecto letal. Ons explicó que la resistencia se evalúa en laboratorio mediante pruebas toxicológicas que miden cuántos mosquitos sobreviven a las dosis de insecticidas.
Situación actual y futuro
Los investigadores han documentado que las mutaciones que otorgan resistencia están presentes en gran parte del AMBA, con excepción de Pergamino. Desde 2018, la situación del dengue ha empeorado notablemente, alcanzando niveles históricos en 2023. Ante esta situación, se ha intensificado la recolección y estudio de mosquitos en la región, lo que resalta la necesidad de un enfoque más efectivo en el control de esta enfermedad.
Con estos hallazgos, los expertos enfatizan que la resistencia no es irreversible, y que es crucial usar insecticidas de manera estratégica, solo en momentos de brotes, para mitigar el impacto de las mutaciones y proteger la salud pública.

