Micaela Díaz, una joven madre, y su bebé están atrapados en una pesadilla cotidiana, marcada por el abuso y la falta de protección adecuada. Micaela se ha convertido en el rostro de una tragedia silenciosa que evidencia las grietas en el sistema de justicia frente a la violencia de género.
El 29 de agosto, el horror alcanzó un nuevo nivel cuando el exnovio de Micaela, un hombre con un historial de antecedentes penales y denuncias por abuso sexual, lideró una invasión violenta en su hogar. Acompañado por un grupo de personas, el agresor rompió las barreras de seguridad y puso en peligro inminente la vida de Micaela y su pequeño hijo.
A pesar de las reiteradas denuncias que Micaela ha presentado, la respuesta judicial ha sido insuficiente y el único alivio temporal que se le otorgó fue una medida de protección de 48 horas. El agresor sigue libre y continúa acosando a Micaela, sin que las autoridades hayan tomado medidas decisivas para garantizar su seguridad.
El sistema judicial, que debería ser un pilar de apoyo y protección, ha fallado en proporcionar una solución efectiva. Micaela, atrapada entre el miedo y la desesperación, sigue esperando un botón antipánico que le permita sentir al menos una frágil sensación de seguridad. Mientras tanto, su vida continúa en un estado de constante vulnerabilidad.
La producción de El10Tv se contactó con Micaela para conocer más a fondo los detalles de este horroroso capítulo del que, lamentablemente, le toca ser protagonista:
