El presidente busca eliminar leyes clave de protección para la igualdad de género, generando rechazo entre los sectores que defienden los derechos de las mujeres y la diversidad.
El presidente Javier Milei sigue desafiando los pilares de las políticas inclusivas en Argentina. En su reciente discurso en el Foro Económico de Davos, donde también vinculó a las parejas homosexuales con la pedofilia, lanzó una propuesta para derogar diversas leyes, entre ellas los cupos laborales para personas con discapacidad, trans, y no binarias, así como la figura del femicidio en el Código Penal. Según Milei, estas leyes representan un «avance del Estado» bajo el pretexto de causas nobles, como la equidad de género y la diversidad.
El proyecto, que se llevará al Congreso en marzo, busca igualar a todos los ciudadanos ante la ley, eliminando cualquier diferenciación establecida por el Estado. Sin embargo, las propuestas más controvertidas incluyen la posible derogación de la pena agravada por femicidio, a pesar de las alarmantes estadísticas de violencia de género en el país. El Gobierno considera que estas medidas son necesarias para saldar las «desigualdades históricas», mientras la oposición ya expresa su rechazo rotundo.
Entre las medidas que no serán modificadas en el proyecto, Milei aclaró que no se tocarán ni la Ley del Aborto ni el Matrimonio Igualitario, dos avances sociales que permanecen fuera del alcance de su propuesta. La polémica, sin embargo, radica en los cambios propuestos en torno a la violencia de género, un tema sensible y delicado que amenaza con agudizar la confrontación política en un año electoral.
El debate promete intensificarse en las próximas semanas. Además de la discusión sobre el femicidio, no está claro si el Ejecutivo buscará eliminar otros aspectos relacionados, como las reparaciones económicas para los hijos de las víctimas, lo que podría avivar aún más las tensiones con sectores feministas y defensores de los derechos humanos.