Donald Trump ha hecho historia este miércoles al proclamarse vencedor en las elecciones presidenciales de 2024, con 276 votos electorales frente a los 223 de su rival, la demócrata Kamala Harris. Según las proyecciones de los principales medios de comunicación de Estados Unidos, el exmandatario ha logrado una victoria contundente, convirtiéndose en el primer expresidente en más de un siglo en retornar a la Casa Blanca tras haber perdido una reelección, y el primero en llegar al poder tras una condena judicial.
En un acto ante sus seguidores en el Centro de Convenciones de Palm Beach, Florida, Trump celebró su triunfo tras una victoria clave en varios estados disputados, como Carolina del Norte, Georgia, Pensilvania, Wisconsin y Michigan, este último tradicionalmente demócrata. En su discurso, el exmandatario no mencionó directamente a Harris, pero sí hizo énfasis en las diferencias entre su futura administración y la del actual gobierno. «El éxito nos va a unir, y vamos a empezar poniendo a Estados Unidos en primer lugar. No los defraudaré», aseguró con tono desafiante, mientras su audiencia aclamaba su mensaje con fervor.
Trump, visiblemente optimista y enérgico, prometió «dar la vuelta a las cosas» y «retomar el control de su país» en lo que presentó como un mandato que marcará un cambio radical respecto a la presidencia de Joe Biden. Sin hacer mención directa a su condena judicial, el magnate y exlíder republicano reiteró su mensaje de restauración del poder al pueblo estadounidense, apelando a la idea de que su victoria simboliza un «retorno» a los valores y principios que, según él, definen a la nación.
Mientras los medios continúan confirmando los resultados de los comicios, Trump sigue siendo una figura polarizadora en la política estadounidense, cuyo regreso a la Casa Blanca no solo es un triunfo personal, sino también un episodio histórico en el que se cruza el legado de su primera presidencia, su enfrentamiento con la justicia y el renovado apoyo de una porción significativa del electorado.