El humo de cigarro sigue siendo la principal causa de una enfermedad que destruye los pulmones y afecta a millones de personas en todo el mundo.
El enemigo invisible: el tabaco
La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) es la tercera causa de muerte a nivel mundial, responsable de más de 3 millones de defunciones anuales. A pesar de su alta mortalidad, sigue siendo una patología silenciosa y muchas veces ignorada. La principal causa de la EPOC es la inhalación del humo de tabaco, ya sea por fumar activamente o por estar expuesto al humo de cigarrillos de otros. «El fumar acelera el deterioro de la función pulmonar y empeora los síntomas», alertan los expertos.
Una enfermedad progresiva, pero tratable
La EPOC afecta principalmente los bronquios y los pulmones, limitando el flujo de aire y dificultando la respiración. Aunque no tiene cura, puede ser tratada con medicamentos y cambios en el estilo de vida, siendo el más importante dejar de fumar. Los síntomas suelen comenzar a partir de los 50 años, con tos crónica, dificultad para respirar y pérdida de peso, y si no se controla, puede derivar en complicaciones más graves como insuficiencia cardíaca y cáncer de pulmón.
Más allá de los pulmones: comorbilidades asociadas
Además de afectar el aparato respiratorio, la EPOC puede generar comorbilidades como depresión, osteoporosis e insuficiencia cardíaca. Estos factores contribuyen a agravar la enfermedad, haciendo que el tratamiento sea más complejo. Los expertos advierten que la prevención y la detección temprana son clave para mejorar la calidad de vida de los pacientes y retrasar el avance de la enfermedad.
Prevalencia alarmante en Argentina
En Argentina, la prevalencia de la EPOC es del 14,5% en personas mayores de 40 años, siendo más frecuente en hombres y en quienes han sido fumadores. Los especialistas subrayan la importancia de sensibilizar a la población sobre los riesgos del tabaquismo, y promueven la cesación como la estrategia más efectiva para frenar la progresión de la enfermedad.