Cadaqués amaneció hoy bajo un manto de agua. La pequeña localidad catalana, conocida por su belleza costera y su arquitectura pintoresca, se enfrentó a una de las peores inundaciones de su historia reciente tras las lluvias torrenciales que azotaron la región durante la noche. En un escenario digno de una película de desastre, al menos 32 vehículos fueron arrastrados por la furia del agua, muchos de ellos quedando varados frente al Casino del pueblo, como un macabro recordatorio de la fuerza imparable de la tormenta.
Según el Servicio Meteorológico de Catalunya (Meteocat), se registraron precipitaciones de más de 100 litros por metro cuadrado, superando todos los registros esperados. El agua descendió de forma tan violenta de una montaña cercana que el cauce de la riera que atraviesa Cadaqués se desbordó, arrastrando con ella los coches estacionados en el paseo marítimo. La alcaldesa, Pia Serinyana Torrents, relató que los vehículos quedaron atrapados en un puente, bloqueando el paso del agua y provocando una inundación que afectó el centro del pueblo. «Nos ha inundado todo el paseo», afirmó.
El equipo de Bomberos de la localidad trabajó rápidamente para revisar los coches arrastrados, y afortunadamente no se registraron víctimas ni heridos, solo daños materiales. La fuerza del agua, que acumuló grandes cantidades de lluvia caída en pocas horas, dejó al pueblo sumido en el caos. Las imágenes del desastre son impresionantes: coches flotando en las aguas turbulentas, atrapados en una red de concreto y metal, como si fueran juguetes a merced de la tormenta.
La alcaldesa explicó que, aunque la lluvia en el mismo pueblo no fue tan intensa, la acumulación del agua en las montañas cercanas creó un caudal tan fuerte que desbordó la riera y bloqueó el flujo natural del agua. El resultado: el agua acumulada en el centro del pueblo no pudo evacuar y terminó inundando las calles principales.
Aunque el panorama es desolador, las autoridades han confirmado que no se han reportado víctimas mortales ni personas heridas. Los esfuerzos ahora se centran en retirar los vehículos y restablecer el normal funcionamiento del municipio, mientras la población observa en shock la magnitud de los daños.