La familia y el intendente de La Caldera reclaman información sobre el paradero de la joven madre, mientras la causa sigue sin avances claros.
A cuatro meses de la desaparición de Jésica Gutiérrez, el caso sigue sin resolverse y la desesperación crece en su familia y la comunidad de La Caldera. La joven madre de cuatro hijos fue vista por última vez el 11 de septiembre, cuando salía de su trabajo, y desde entonces su paradero es un misterio. En medio de la angustia, el intendente Diego Sumbay se dirigió al Procurador General de la Provincia, pidiendo respuestas sobre el avance de la investigación.
El caso tomó un giro aún más dramático cuando, poco después de que comenzara la búsqueda, la pareja de Jésica decidió quitarse la vida. Este hecho encendió más dudas sobre las circunstancias de su desaparición, con especulaciones sobre un posible femicidio o trata de personas.
En su carta al procurador, Sumbay expresó la urgencia de conocer el estado de la causa, destacando el desespero de la comunidad que, a pesar de las solicitudes, no ha recibido respuestas claras ni avances significativos en la investigación. La familia de Jésica sigue sin entender por qué no se han esclarecido los hechos y teme que el caso quede impune.
Mientras el tiempo avanza y la incertidumbre persiste, el pueblo de La Caldera continúa esperando respuestas. Los seres queridos de Jésica aseguran que la joven nunca se habría alejado voluntariamente de su hogar, lo que aumenta las sospechas sobre lo ocurrido en esos cuatro largos meses de búsqueda sin resultado.
