El director estadounidense, conocido por sus obras vanguardistas y su inconfundible estilo visual, falleció a los 78 años, dejando un legado imborrable en la historia del cine y la televisión.
David Lynch, el maestro detrás de algunas de las obras más icónicas y arriesgadas del cine contemporáneo, murió a los 78 años. La triste noticia fue confirmada por su familia a través de un mensaje en su cuenta oficial de Facebook, donde expresaron su dolor y pidieron privacidad en este momento tan difícil. En el comunicado, la familia citó una de las célebres frases del director: «Es un día hermoso con sol dorado y cielos azules todo el camino».
Con una filmografía que incluye títulos como Eraserhead, Blue Velvet, Lost Highway y Mulholland Drive, Lynch cambió la forma en que el cine y la televisión eran concebidos y experimentados. Su serie Twin Peaks marcó una revolución en el formato televisivo, mientras que sus películas continuaron desafiando los límites de la narrativa y la estética visual.
Aunque la causa de su muerte no ha sido oficialmente confirmada, desde 2020 Lynch había sido diagnosticado con enfisema, una enfermedad pulmonar crónica vinculada a su pasado como fumador habitual. A lo largo de su vida, el director reconoció el impacto del tabaco en su salud y, aunque dejó de fumar en 2022, los efectos fueron devastadores para su bienestar. Su partida deja un vacío irreparable en el mundo del cine, pero su obra seguirá siendo una referencia fundamental para generaciones de cineastas y espectadores.